CORTES EN EL DISCURSO ECONÓMICO

En el discurso económico actual, los cortes se describen amenudo usando metáforas del cuerpo humano. En el lenguaje de la austeridad y la deuda, los Estados y las economías se comparan frecuentemente con individuos que necesitan perder (o están perdiendo) partes del cuerpo. Las intervenciones que se sugiere aplicar al cuerpo político van de la dieta (eliminar grasa) a la amputación (evitar que el contagio se extienda), aligerar peso, apretar el cinturón, adelgazar y recortar lo superfluo.
Resulta bastante interesante que la tradición de aplicar cortes al cuerpo haya sido central en la creación de la propia idea de sujeto y haya estado estrechamente ligada a la noción de deuda. En uno de sus libros sobre la deuda, Maurizio Lazzarato analiza la descripción que Nietzsche hace de la creación del sujeto como forma histórica. Para recordar la deuda y la culpa, las personas necesitan memoria, y tanto la deuda como la culpa están muy literalmente inscritas en el cuerpo en forma de cortes. Nietzsche menciona toda una gama de métodos usados para reforzar la deuda, la memoria y la culpa: el sacrificio humano y también mutilaciones como la castración. Se entusiasma al detallar un catálogo completo de torturas, señalando con deleite que los alemanes son especialmente creativos en lo que se refiere al diseño de cortes en el cuerpo: el descuartizamiento, el tajea de la carne del pecho, la extracción de la piel en tiras, y así sucesivamente.
El derecho romano expone una conexión muy clara entre la deuda y el corte del cuerpo. Las llamadas XII Tablas mencionan explícitamente que el cuerpo de un deudor puede legítimamente ser dividido entre sus acreedores, lo que significa que estos últimos tienen derecho a cortar partes del cuerpo de aquel. Y de acuerdo con este punto de vista legal, en realidad no importa si cortan un poco más o un poco menos.

Si los acreedores fuesen muchos, al cabo de los tres nundinos (o de los 27 días)  hagan trozos del cuerpo del deudor, pudiendo coger cada uno más o menos parte sin incurrir en fraude o véndanlo a la otra parte del Tíber, si prefieren hacerlo así.


Esto nos lleva a la pregunta de cuál es el cuerpo del que estamos hablando. Hay siempre varios cuerpos implicados en este tráfico de metáforas: un cuerpo literal, que es en realidad cortado metafóricamente, así como un cuerpo metafórico que representa una economía nacional o de un país, o en realidad de una corporación. Hay un cuerpo natural tanto como un cuerpo político implicados en la ecuación, y el cuerpo que es cortado es un nodo de intercambio, o más bien una edición entre ambos tipos de cuerpos. Si seguimos las famosas definiciones de Ernst Kantorowicz, quien analizó el tropo del cuerpo político y su emergencia en la esfera legal, el cuerpo político es inmortal e ideal, mientras que el cuerpo natural es falible, ridículo y mortal.  Y en efecto ambos están experimentando cortes tanto literal como metafóricamente.


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POS PRODUCCIÓN

Es así como la edición está históricamente enclavada en un contexto económico.Llegó a determinar un área denominada posproducción cinematográfica. Y aunque el nombre "posproducción" la hace parecer un suplemento posterior a la producción propiamente dicha, su lógica la hace actuar hacia atrás, influyendo en la producción misma para estructurarla.
Con las tecnologías digitales, estos procesos se han acelerado considerablemente. Tradicionalmente, la posproducción significaba sincronizar, mezclar, editar, corregir el color y comprendía otros procedimientos ejecutados luego de filmar una película. Pero en años recientes, la posproducción ha empezado a ocupar la producción completa. En las producciones comerciales más recientes, especialmente en 3D o animación, la posproducción equivale más o menos a la producción de la película misma. Componer, animar y modelar son hora áreas de la posproducción. Cada vez son menos los componentes que necesitan ser realmente filmados, porque son parcial o totalmente creados en posproducción. Paradójicamente, la producción comienza cada vez más a tener lugar en la posproducción. La producción se transforma en un efecto posterior [aftereffect].
Hace unos años, Nicolas Bourriaud señaló algunos aspectos de este cambio en su ensayo Postproduction: Culture as Screen play (Postproducción). Pero ahora, en tiempos de crisis, tenemos que revisar radicalmente sus pistas incompletas, que se referían principalmente a los procesos de reproducción digital en el arte y sus repercusiones en el objeto artístico. El impacto de la posproducción ha ido mucho más allá del mundo del arte o de los media, incluso mucho más allá del mundo de la tecnología digital, convirtiéndose en uno de los principales modos actuales de producción capitalista. Las cosas que la gente solía hacer después del trabajo -por ejemplo, lo que se denominaba reproducción de su fuerza de trabajo- están ahora integradas en la producción. La reproducción concierne tanto al así llamado trabajo reproductivo -lo que incluye el trabajo afectivo y las actividades sociales- como a los procesos de reproducción digital y semiótica. La posproducción es hoy producción en un sentido muy literal.
Esto también cambia la temporalidad inherente al término posproducción. El prefijo "pos", que denota una historia anterior en estado de inmovilidad, es reemplazado por el prefijo "re", que apunta hacia repetición o la respuesta. No nos encontramos en un después de la producción. Nos hallamos más bien en un estadio en el que la producción incesantemente se recicla, repite, copia y multiplica, pero también potencialmente se desplaza, degrada y renueva. La producción no solo se transforma, sino que fundamentalmente se traslada a lugares que antes conformaban su afuera: los dispositivos móviles, las pantallas diseminadas, los talleres clandestinos, las enfermerías, la realidad virtual, las líneas de producción en paraísos fiscales. Continuamente se edita y recombina. Al perderse la idea de producción desaparece también la figura del heroico trabajador masculino, siendo sustituido por empleados de Foxconn disfrazados de Spiderman para alejar la tentación de saltar por la ventana. Por chicos que viven de la chatarra del industrialismo, hurgando para encontrar los huesos de fábricas imperiales o socialistas. Por gente fotografiada que se reproduce mediante los retoques,
la anorexia y el exhibicionismo digital. Por mujeres invisibles que mantienen el mundo funcionando. En la era de la reproducción, el famoso hombre con la cámara cinematográfica de Vertov ha sido reemplazado por una mujer en una mesa de edición con un bebé en su regazo y un turno de 24 horas de trabajo por delante.
Pero así como la producción consiste en cortar y desmembrar, también puede recombinarse y renovarse en el seno de la reproducción. Las reproductoras de hoy son actualizaciones de las Tiller Girls de Kracauer, remodeladas artificialmente online, construidas con desechos resucitados, abrumadas por el spam de acciones de bolsa baratas, tarifas planas y guerras civiles, insomnes por el miedo y la ansiedad.





                                                       Hito Steyerl en Los Condenados de la Pantalla